Todos hemos observado la posibilidad de producir calor friccionando nuestras manos. Haciéndonos eco de el fundamento de que la energía no se crea ni se destruye sino sólo se transforma se trata en este caso de mediante fricción producir electricidad. Pensemos, por ejemplo, en las posibilidad de producir electricidad mientras caminamos y almacenarla para alimentar...